Podólogo para jubilados en Santiago de Compostela

¿Qué es la podología geriátrica?

Se denomina como podología geriátrica a aquel tipo de podología que está orientada únicamente a tratar el pie de las personas ancianas. Se trata de pies que han soportado el paso de los años, con el peso y los pasos que eso conlleva. 

Se trata, por tanto, de un área del cuerpo que envejece y que es preciso cuidar para que nuestros mayores puedan seguir disfrutando de su independencia. De esta forma, se contribuye a la prevención de caídas y otro tipo de problemas relacionados con la movilidad en general. 

¿Cuándo acudir al podólogo geriátrico?

Si existen alteraciones en la pisada, es importante realizar un estudio biomecánico de la misma sin importar la edad. Así, se ve cómo se comporta el cuerpo cuando se camina, lo que sirve para prevenir todo tipo de lesiones osteoarticulares (tendinitis, sobrecargas y fascitis) y musculares. 

En la edad adulta y la tercera edad, además, se recomienda realizar una visita al podólogo de forma anual. El objetivo es ir viendo la evolución de los mismos y prevenir cualquier tipo de lesión que pueda producirse.

Con el servicio de podología también se puede ayudar a los pacientes a realizar tareas cotidianas pero que con la edad entrañan más dificultad, como cortarse las uñas o llevar a cabo limpiezas del pie.

¿Cuáles son los problemas más comunes que afectan a los pies?

El paso de los años produce una disminución de grasa plantar, además de mala circulación en la zona, lo que puede acabar provocando lesiones. Algunas son muy leves pero otras, de no tratarse a tiempo, pueden acabar por suponer mayores complicaciones. En este sentido, los problemas más frecuentes son los siguientes.

Alteraciones en los pies

En primer lugar, es importante tratar cualquier tipo de alteración que se pueda producir en los pies. Las más comunes son:

• Hallux valgus. Más conocidos como juanetes, se trata de deformidades en el dedo gordo, que se manifiestan a través de una prominencia de forma lateral del hueso. 
• Pie cavo. Esta afección hace que el pie tenga un arco más arqueado de lo normal, lo que hace que el pie no tenga apenas flexibilidad. ¿Qué produce? Al no tener una buena pisada, el peso se reparte de forma irregular hacia la zona del antepié, provocando dolores. 
• Pie plano. La planta de este tipo de pies toca por completo el suelo, lo que significa que no tiene ningún tipo de curvatura. 
• Pie varo. Se trata de aquellos pies cuya orientación de la planta va hacia dentro, con apoyo del borde externo y los dedos anular y meñique. 
• Espolones. Implican la formación de depósitos de calcio en los huesos de los pies, los cuales pueden cursar dolor moderado. 
• Pie valgo. Se trata del pie que tiene una desviación del talón hacia fuera y hace que el pie no esté estable a la hora de caminar o correr. 

Alteraciones en la piel y en las uñas

Además del propio pie en su totalidad como extremidad, cuya función es permitirnos caminar, se pueden originar problemas únicamente en su piel y uñas. Los más habituales suelen ser:

• Callos. Se trata de zonas en las que se producen engrosamientos en la piel y suelen estar en la parte superior o en la parte lateral de los dedos de los pies.
• Duricia. Es similar al callo, aunque el engrosamiento de la piel es algo mayor. Por lo general, aparece en la planta del pie, muchas veces entre esta zona y los dedos. 
• Ojo de gallo. Es una lesión que se forma entre los dedos de los pies y es mucho más dolorosa que el callo, ya que la piel llega a macerarse. 
• Grietas. Son alteraciones que se producen por la sequedad extrema de la piel de los pies. Por lo general, aparecen en los talones, donde pueden llegar a ser incluso un foco de infección. 
• Úlceras. Se trata de lesiones abiertas de la piel, que pueden aparecer tanto por el roce con el calzado como por la presión. 
• Onicogrifosis. Es un problema que afecta a las uñas, cuyo grosor es superior al normal. 
• Onicodistrofia. Afecta a la coloración y a la forma de las uñas por enfermedades cutáneas o de origen traumático o infeccioso. 

Alteraciones en la posición de los dedos

La edad hace también muy frecuente los problemas en los dedos de los pies. Además de por enfermedades como la artritis, estas patologías pueden tener su origen en posiciones anormales de los dedos o en una biomecánica inadecuada.

• Dedo en garra. En este tipo de lesión, se produce una flexión en la base de los dedos, la cual produce una deformidad desde la articulación del medio, que queda doblada hacia abajo.
• Dedo en martillo. Es una deformidad en los dedos de los pies donde la parte afectada es la misma que en el caso anterior. 
• Dedo en maza. Es una deformidad que se produce cuando existe una flexión en la articulación más cercana a los dedos de los pies.
• Dedo supraductus. Se conoce también como dedo superpuesto y se produce cuando uno de los dedos del pie se monta sobre otro. 

Podología geriátrica en Santiago de Compostela

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